Poco antes de las 8 de la mañana del 12 de enero de 2007 un hombre vestido con vaqueros, camiseta de manga larga y una gorra de béisbol ocupó una esquina de la estación de metro de L’Enfant Plaza en Washington. De manera cuidadosa sacó de su estuche el violín que lo acompañaba, con mimo lo colocó sobre su hombro y comenzó a tocar una melodía de Johann Sebastian Bach.
Llegó a interpretar hasta seis piezas diferentes durante cerca de una hora. Al finalizar pudo contar poco más de 32 dólares que habían dejado sobre su estuche 27 personas. De las aproximadamente 1.100 que pasaron a escasos metros de él durante ese tiempo tan sólo siete se detuvieron un rato para escucharlo. Leer más